Vivo un mundo en el no establezco diferencias entre lo real y lo fantástico, la vigilia y los sueños, la fantasía me arropa y me cubre de esperanzas, para poder transitar el mundo que me destroza el corazón.
Edly Sánchez
Edly Sánchez
Sentada estoy en mi cuarto, alucino mí pasado, busco lo recóndito de los recuerdos, han desaparecido, ¿dónde están?, solo están presentes viejas imagen que pululan mi memoria, cuanto quisiera que se alejaran de mi, que no dominaran mi pensamiento, deseo que no estén en mi. Camino todo el día mi habitación: con mis ojos, con mis manos, con mi pies y hasta mi piel ha caminado el aire que se detuvo preso en mi recinto donde duermo, donde paso las horas de mi vidas. Miro el espejo, veo un rostro que trato de trasformar en el mío o al menos el que desee que sea, lo maquillo con mi imaginación como dentro de un sueño, después me río de lo despistada que soy y me pregunto cosas pero no consigo las respuestas. Entonces ahí es cuando me doy cuenta que debo despertar, Morfeo se había apoderado de mi.
Me visto, trato de arreglarme, intento sentirme mejor y trato de ocultar mi tristeza, vuelvo a mirar la ropa que tengo desde hace tiempo, unas son nuevas, otra no; en el guardarropa, colgada sin uso desde el día de la compra, algunas prendas esperan, “nada me queda bien”, agarro la de siempre, las mil veces probadas, las que me acompañan en mi caminar.
Salgo a la calle, bajo la cabeza, como buscando que la luz no descubra la totalidad de mi rostro; me digo una y otra vez, “me hubiera gustado seguir dormida”, que diferencia hay, igual sigo soñando, mi cerebro continua sin diferenciar, igual da mi realidad y mi fantasía es un continuo, nunca se con quien estoy. ¿Estoy loca?, es posible, yo lo creo, a veces hablo sola, sin expresión en mi rostro; a veces la gente me habla, me habla y me habla y a los cinco minutos no recuerdo lo que me estaban hablando, “estaba soñando de nuevo”. Que aburrida es mi vida, no tengo otra cosa que hacer, solo llorar un rato reír y luego volver a soñar.
Llego a mi casa, me encierro en el inmenso mundo de mi habitación, veo un cielo cargado de estrellas, como si conversaran ente ellas; las paredes están muy lejanas de mí, fantaseo con un príncipe azul, verde, rojo, no importa, que viene a rescate a sacarme de este encierro ilusorio; como en todo sueño, la hada mala aparece y derrumba todo: la soledad. Entonces en el oscuro cuarto donde me encuentro toda luz huye despavorida, solo se puede sentir la ropa tirada en el piso, la deje allí esta mañana, no me gusto, no me sentaban bien.
Me gustaría no salir de mis alucinaciones, son más divertidas y felices, un mundo de fantasía que no puedo dejar de crear, soy así, así es mi vida, es un inmenso mundo en el interior de mi cerebro, pero si viviera en ese mundo de felicidad, de verdad estaría loca. Igual, mi locura está presente y tengo que pasar cada día de mi vida haciendo lo mismo que hice hoy, “como los que se suponen que son normales”.
Hola Edliany, me gusta tu blog, aunque a veces percibo un tono mustio, de nihilismo, de una actitud poco optimista. Las fotos están muy buenas y definitivamente sales muy bien. Las caricaturas me parecen muy buenas. ¿Son abolutamente tuyas? Te felicito. La profe.
ResponderEliminarjejejeje comparto la opinion de la profesora, pro siempre de la oscuridad emerge un halo de luz no crees? siempre t he dicho q me gusta lo q escribes, t quierooooo
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